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manuel_urtizberea

Bajar a los reyes de su balcón

Bajar a los reyes de su balcón

Una carpa frente al palacio, controversias del siglo XXI. El pueblo pide salarios dignos, los superiores miran desde las alturas, espían el panorama desde sus ventanales barrocos. ¿No parece esta una figura de la edad media?

La situación pareciera no distinguirse de la de una monarquía absolutista: allá ellos, acá (abajo) nosotros. El pueblo trabajando para que unos pocos privilegiados recauden la ganancia; sin embargo, ya no nos encontramos en esta época, por eso mismo habría que preguntarse por qué sigue vigente este régimen desigual. ¿Qué es lo que determina esta desigualdad en la sociedad? ¿Quién es la autoridad que designa a los nuevos privilegiados? Ya no hay sangre azul ni divina rondando por las calles; sólo egoísmo, astucia y ambición con un sólo objeto en mente: dinero.

La circunstancia no es totalmente comparable para suerte de todos, aunque parece difícil verlo a veces, los a os han traído sus cambios. El hombre contra el hombre sigue siendo un enunciado vigente, lo que ha ido rotando son sus formas de dominación de mano de los cambios en los modos de producción. Cada gran cambio en la historia se ha dado mediante la auto-reflexión y conciencia del hombre de su real situación, e inevitablemente la violencia ha sido el medio "natural" (en términos troskianos) que nos ha conducido a un nuevo estadio supuestamente más humano. El momento que hoy atravesamos tiene su particularidad: la libertad de expresión amparada por ley. La carpa blanca significa esto, nuestra necesidad y obligación moral de protestar por lo que es nuestro, por lo que merecemos, por lo que por ley tenemos derecho.

Seguramente nos encontramos al borde de otro gran escalón, el cambio se ve próximo. En el aire mismo se sienten las condiciones del colapso: contamos con un superávit record en el país y, a su vez, con un alto porcentaje de falencias en cuestiones de índole básicas. ¿Dónde se oculta está diferencia? ¿Quiénes son los que se están apoderando de la ganancia provocada por el pueblo en vez de volver a él?

La educación se revela contra esto, consiente de que el cambio esta en sus aulas, propone salir de la institución desvalorizada y desplazar sus bancos frente a ese palacio. No es casual ense ar justo en dirección a donde parecen haber olvido los valores, y los objetivos a cumplir que los posicionaron en ese lugar. El pueblo al parecer deberá inculcar al gobierno, ya que aparentemente el hombre al poder ha sido consumido por este. La sociedad desvirtuada encontrará su vuelta de tuerca en su gente misma.

Muchos docentes expresaron su emoción por la medida tomada y por la cantidad de alumnos presentes, pero también pudieron apreciar la poca repercusión que la misma causó en los medios y principalmente a quien iba dirigida, al gobierno mismo.¿Cuál será la nueva estrategia a seguir? Hay que bajar a los reyes de su balcón y convertirlos nuevamente en lo que fueron...o en todo caso en aquello que nunca fueron y hoy necesitamos...Por las buenas diría mi utópica ideología. Pero si así nada se logra, habrá que bajarlos literalmente y se abrirá pasó a una nueva etapa histórica (o una nueva revolución). No hay vuelta que darle, la gente se cansa, y yo hoy ya estoy lo suficientemente cansado. Bajemos a los reyes de su balcón, no quiero ver más esas clásicas sonrisas prometedoras, simuladas, hechas en algún alto piso de un consultorio odontológico en recolecta.

Se ores reyes: queremos acción y no más teatros. Yo bien lo dije, estamos cansados, y la barbarie, siempre latente, puede resurgir de entre nosotros.

La fecha pactada para recordar el dolor

La fecha pactada para recordar el dolor

Recientemente leí un articulo que expresaba algo similar a esto: "en los 70' quien protestaba se lo consideraba comunista, hoy quien no lo hace resulta fachista". Sólo en esta semana ha habido paros de docentes, de conductores de grúas, de subtes, de cerveceros y quien sabe cuantos más. Todos con razones contundentes, pero veo pasar el tiempo y cada vez resulta menor la respuesta de las autoridades ante tal accionar. La protesta social se ha interiorizado de tal forma que poco llama la atención y poco resulta también su impacto a quienes va dirigido.

Se cumplió un nuevo aniversario del golpe del 76'. Las razones por salir a la plaza siguen vigentes e increíblemente han ido incrementandose día a día en esta supuesta democracia. Otro 24 de marzo, otra fecha pactada en el almanaque para recordar el dolor. La gran mayoría de la población se encuentra de acuerdo en escrachar este histórico régimen. Nos aliamos a la causa, salimos a la calle una vez más y como sucede cada a o escuchamos esas nuevas respuestas viejas con objeto de esclarecer . Dicho coloquialamente: una tomada de pelo más a la sociedad argentina.

Las formas de revolución y protesta que sirvieron en lo 70' hoy resultan arcaicas. Ya no asustan ni estimulan al cambio. No tengo respuestas de qué hacer al respecto, lo que hace mi crítica un tanto absurda. Sólo estoy diciendo lo que veo y de lo que me avergüenzo por mi mismo también. Hemos llegado al punto de perder nuestra capacidad de asombro ante tanta corrupción y violencia y por sobre todo nuestra capacidad de respuesta.

Aunque la violencia siempre se encuentre disponible como salida fácil, tal vez sería hora de devolverle a la educación el lugar prioritario que merecería tener. Empezar por este granito y ver que sucede y así, tal vez, en un futuro podamos recordar el 24 de marzo del 76' como algo del pasado superado y no como una amenaza rutinariamente vigente.

Un “reality show” militar

Un “reality show” militar

La historia de los quince militares, (ocho marinos y siete infantes de Marina, entre ellos una mujer), que fueron detenidos el 23 de marzo en aguas del Golfo Pérsico por las autoridades iraníes, siendo acusados de invadir su territorio marítimo, tomó una escala mediática aun más intensa. Esto a pesar de que la versión ha sido negada por Londres reiteradamente.

Más adelante, cuando ya habían sido liberados y devueltos al ejército británico, los militares fueron autorizados por el gobierno para vender sus historias a los medios de comunicación. Esto generó polémicas y críticas al Ministerio de Defensa. Las autoridades atestiguaron que hicieron a un lado las normas que prohíben concertar acuerdos financieros con los medios a los militares teniendo en cuenta el gran interés público en el caso.

Pero, como muchos esperaban, la polémica por dicha autorización se intensificó tras la aparición de las primeras revelaciones de la única mujer del grupo, Faye Turney, y de otro de los marines, Arthur Batchelor. El diario The Sunday Times informó que Turney, de 25 años, cobró 197.000 dólares por vender su historia a The Sun y a la cadena de televisión privada ITV. Otras fuentes afirman que recibió hasta 150.000 libras (225.000 euros o 300.000 dólares).

Por esta suma de dinero era inevitable que alguno se negara a declarar hasta los momentos más humillantes y oscuros que debieron vivir. El marine Batchelor, de 20 años, dijo al periódico que lloró "como un niño" cuando fue vendado, atado de manos y atormentado por los guardias de la celda en la que estuvo. Y por su parte Turney dijo haberse sentido una traidora, teniendo en cuenta que ella fue la que aceptó las demandas iraníes para hablar por televisión y declarar que se encontraban en territorio prohibido.

"Una mañana, escuché un ruido como de madera siendo serruchada y clavada junto a mi celda. No podía determinar lo que era. Entonces una mujer vino a medirme de pies a cabeza con una cinta", dijo Turney, al diario The Sun. "Ella le gritó las medidas a un hombre que estaba afuera. Yo estaba convencida de que me estaban haciendo un ataúd".

La presión psicológica que recaía sobre sus hombros y los de sus compañeros era enorme. "Los marines lo lamentarán y se darán cuenta de que no fue una buena idea cobrar. Espero que donen todo el dinero a obras de caridad", dijo el general sir Patrick Cordingly, uno de los comandantes británicos en la Guerra del Golfo, de 1991. Y de esta forma parecería querer desligar de su culpa a las autoridades que permitieron que aquello se llevara a cabo.

Finalmente Gran Bretaña prohibió a todo el personal militar que hable con la prensa a cambio de pago, invirtiendo así su decisión inicial. Pero lo cierto es que aunque esta nueva medida no afecte a los que ya dieron sus declaraciones y argumenten que fue una “decisión muy difícil” la que tuvieron que tomar en la autorización inicial, será necesario que en un futuro tengan bien en claro las medidas a seguir para que estas no sigan perjudicando a los implicados, como ocurrió con estos dos marinos a los que continuaron avergonzando públicamente acusándolos de querer convertirse en estrellas de un reality show.